martes, 22 de octubre de 2013

Anorexia

¿Qué es la anorexia?


La anorexia nerviosa es un conjunto de trastornos graves de la conducta alimentaria que comprende periodos de privación del consumo de alimentos (anorexia), alternados en ocasiones con periodos compulsivos de ingesta alimentaria y purga (bulimia), asociados ambos periodos a otros trastornos de la conducta alimentaria no especificados.
Las personas diagnosticadas de anorexia nerviosa presentan un índice de masa corporal (IMC) y peso corporal muy inferiores a los correspondientes a su edad, altura y sexo (por debajo de 18-19 se considera bajo peso y de 17 infrapeso severo). Este bajo índice de peso corporal viene ocasionado en más del 50% de los pacientes, además de por la privación alimentaria, por el abuso descontrolado de laxantes o diuréticos, generación de vómito autoinducido y sesiones de ejercicio extenuantes con el fin de perder peso.
En todos los casos los pacientes no suelen ser capaces de reconocer su problema de delgadez extrema, dado que no son conscientes de su estado, negando de forma categórica su condición, e incluso aislándose de las personas cercanas porque consideran que quieren hacerles “engordar más”, y que el problema de visión de la realidad lo tiene su entorno y no ellos.
Esta patología es de muy rara aparición antes de la pubertad y suele afectar en un mayor porcentaje a las chicas, aunque cada vez se está adelantando más la edad de aparición y equiparando el porcentaje de casos entre ambos sexos. Como promedio, se considera que la anorexia nerviosa aparece en torno a los 17 años. Cuanto más temprana sea la edad de aparición y más precoz su detección y tratamiento, mejor pronóstico de curación hay. Por encima de los 40 años resulta infrecuente. Su prevalencia se ha establecido en un caso por cada 100 a 250 habitantes.

Causas y factores de riesgo de la anorexia



Síntomas de la anorexia


Existen determinados signos y síntomas que hacen sospechar que una persona puede estar padeciendo anorexia nerviosa, no obstante, el diagnóstico, tratamiento y seguimiento siempre deben ser realizados por un profesional sanitario especialista. Estos signos son:Signos de la anorexia Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo. Sentimiento constante de obesidad no fundado y deseo férreo de seguir adelgazando, con control activo (mirarse repetidamente al espejo, pesarse varias veces al día, contar las calorías…). Retraso del crecimiento y desarrollo (en niños y adolescentes). Alteraciones de la menstruación o ausencia de esta. Realización de ejercicio físico constante y excesivo. Empleo de ropa holgada, principalmente pantalones. Evitar comidas en compañía. Huir de la mesa después de comer. Disimular la comida para no ingerirla (partir en trozos pequeños y esparcirla por el plato, tirarla al suelo, esconderla…). Aislamiento progresivo y pérdida de vínculos sociales. Alteraciones anímicas con tendencia a la depresión y la ansiedad. Obsesión por el contenido calórico de todo lo que se consume, tomando solo alimentos bajos en calorías. Empleo no controlado de diuréticos y laxantes. Baja autoestima. Síntomas de la anorexia


En el ámbito clínico los principales síntomas de anorexia nerviosa son:

 

Sequedad de la piel, con posibilidad de presencia de grietas. Aparición de vello fino (lanugo) en mejillas, espalda, muslos y antebrazos. Pigmentación amarillenta en la piel, principalmente en las plantas de los pies y las palmas de las manos. Esto se debe a un aumento de carotenos en sangre (precursores de la vitamina A) por un trastorno en su metabolismo. Extremidades frías. Uñas quebradizas y caída de cabello. Hipertrofia de las glándulas salivares, como las glándulas parótidas y las glándulas submandibulares.  Alteraciones dentales, con tendencia a la corrosión del esmalte dental y presencia de caries. Esto es especialmente patente en pacientes que se purgan a través de la autoinducción del vómito.  Alteraciones gastrointestinales: flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y estreñimiento (excepto si se emplean laxantes que pueden ocasionar diarreas que alteran el equilibrio electrolítico).   Alteraciones cardiovasculares: tensión baja (hipotensión), descenso de la frecuencia cardiaca (bradicardia), alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias), etcétera.  Alteraciones del riñón: indicativos de un mal funcionamiento. Pueden encontrarse niveles de potasio bajos (hipopotasemia), niveles elevados de compuestos derivados del nitrógeno (azotemia), y elevación de los niveles de creatinina sérica.  Hemograma: niveles bajos de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos (leucopenia).  Niveles bioquímicos: niveles bajos de glucosa (hipoglucemia), aumento de triglicéridos, transaminasas y del proteinograma general, así como del colesterol (hipercolesterolemia). Si el paciente, además, suele emplear purgantes, enemas, o se autoinduce el vómito, existen otros parámetros específicos alterados.

martes, 15 de octubre de 2013

Pérdida de la memoria

En qué consiste la pérdida de la memoria

En ocasiones, aparte de ser una consecuencia del proceso normal de envejecimiento, la pérdida de la memoria puede sobrevenir como resultado de enfermedades o lesiones cerebrales. Las afecciones cerebrales como la enfermedad de Alzheimer pueden provocar un aumento de la pérdida de la memoria. Otra causa común de ello son los accidentes cerebrovasculares (derrames o infartos cerebrales).
Después de una vida entera de independencia, conocimiento, confianza y valía personal, una persona puede hallar que la pérdida de la memoria inesperadamente le acarrea confusión, trastornos emocionales y cambios de personalidad y comportamiento.

Efectos sobre la memoria a corto plazo, las rutinas diarias y las aptitudes intelectuales

Es posible que a diario disminuya la capacidad de hallar objetos de valor, reconocer a familiares y amigos o mantener los sentimientos bajo control. Es probable que resulte difícil controlar los pensamientos y las conductas reiterativos. La disminución de las funciones mentales trae como consecuencia el aislamiento y la pérdida de independencia. Algunas ideas erróneas en cuanto a la pérdida de la memoria pueden causar temor y ansiedad tanto a la persona que la padece como a sus seres queridos.

La pérdida de la memoria requiere cambios en los hábitos de vida

Los familiares, amigos, conocidos y quienes sean responsables del cuidado de la persona deben adaptarse para satisfacer las necesidades de la persona afectada. A menudo, los modelos de vida familiar deben modificarse para brindar cuidados constantes y adecuados. Las personas con enfermedades irreversibles y progresivas con el tiempo serán incapaces de atender sus propias necesidades básicas.


Cómo prestar ayuda

  • Busque asistencia médica e información ante los primeros síntomas. Consuele a las personas con pérdida de la memoria durante los momentos de ansiedad o desesperación.
  • Conteste las preguntas repetidas con la misma información. Reciba a los familiares y visitantes llamándoles por su nombre propio, parentescos o títulos. Ayude a la persona a organizar los pensamientos confusos.
  • Los espacios tranquilos, seguros y organizados ayudarán a la persona a mantener la calma. Conserve los medicamentos y los objetos peligrosos fuera del alcance de la persona. Elimine o guarde los elementos potencialmente peligrosos.
  • Organice las tareas cotidianas mediante el uso de listas escritas o imágenes a fin de contribuir a la realización de labores rutinarias. Considere rotular los objetos (identificarlos con etiquetas).
  • Proporcione un programa diario de actividades sanas y estimulantes que incluya música, discursos inspiradores grabados, conversación personal, ejercicio, juegos, actividades artísticas, artesanías y paseos.
  • Cuando el comportamiento sea inapropiado, no amenace, desafíe o confronte a la persona, en vez de ello, dirija la atención de ésta hacia otros objetos de importancia o belleza.
  • Hable delicadamente y con preocupación por lo que haya provocado la conducta indebida. Busque lo que se haya perdido, descubra lo que se haya olvidado, resuelva la disputa y responda a cualquier situación de desconfianza.
  • Fomente el ejercicio físico, la asistencia a la Iglesia y la participación positiva en actividades sociales a fin de reducir el temor de visitar lugares y de estar con otras personas. Proporcione a la persona oportunidades adecuadas de prestar servicio o ayudar al prójimo. Fomente un equilibrio entre el que la persona sea compasiva y el que los demás sean compasivos con ella.
  • Edifique la espiritualidad; recuerde que el comportamiento problemático es consecuencia de una enfermedad cerebral y no una deficiencia espiritual. Lea las Escrituras a la persona y utilice música inspiradora. Oren juntos, alternándose, para rogar bendiciones de consuelo. Busque la compañía y la presencia del Espíritu Santo para lograr la apacible seguridad del amor de nuestro Padre Celestial. Donde sea posible, asista al templo y, cuando resulte apropiado, pida una bendición del sacerdocio.

martes, 1 de octubre de 2013

Hidrocefalia

La hidrocefalia (término que deriva de las palabras griegas «hidro» que significa agua y «céfalo» que significa cabeza) es un trastorno cuya principal característica es la acumulación excesiva de líquido en el cerebro.
Aunque la hidrocefalia se conocía antiguamente como agua en el cerebro, el agua es en realidad líquido cefalorraquídeo, un líquido claro que rodea el cerebro y la médula espinal.
La acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo tiene como consecuencia una dilatación anormal de los espacios en el cerebro llamados ventrículos. Esta dilatación ocasiona una presión potencialmente perjudicial en los tejidos del cerebro, generalmente el aumento del líquido en los ventrículos es producido por la obstrucción de los conductos situados por debajo del cerebelo.

Fisiología

El sistema ventricular está constituido por cuatro ventrículos conectados por vías estrechas. Normalmente, el líquido cerebroespinal fluye a través de los ventrículos, sale a cisternas (espacios cerrados que sirven de reservorios) en la base del cerebro, baña la superficie del cerebro y la médula espinal y, luego, es absorbido en la corriente sanguínea.
El líquido cerebroespinal tiene tres funciones vitales importantes:
  1. Mantener flotante el tejido cerebral, actuando como colchón o amortiguador.
  2. Servir de vehículo para transportar los nutrientes al cerebro y eliminar los desechos.
  3. Fluir entre el cráneo y la espina dorsal para compensar los cambios del volumen de sangre intracraneal (la cantidad de sangre que hay dentro del cerebro). El equilibrio entre la producción y la absorción de líquido cerebroespinal es de vital importancia. En condiciones ideales, el líquido es casi totalmente absorbido en la corriente sanguínea a medida que circula. Sin embargo, hay circunstancias que, cuando se hallan presentes, impedirán o perturbarán la producción de líquido cerebroespinal o que inhibirán su flujo normal. Cuando se perturba este equilibrio, se produce la hidrocefalia.

Síntomas

  • Comprende desde vómitos, parálisis y alteraciones de las principales funciones mentales.

Tipos de hidrocefalia

Añadir leyenda
La hidrocefalia severa
La hidrocefalia puede ser congénita o adquirida. La hidrocefalia congénita se halla presente al nacer y puede ser ocasionada por influencias ambientales durante el desarrollo del feto o por predisposición genética. La hidrocefalia adquirida se desarrolla en algún momento después del nacimiento. Este tipo de hidrocefalia puede afectar a personas de todas las edades y puede ser ocasionado por una lesión o una enfermedad que causa agrandamiento de los ventrículos a consecuencia de un aumento del volumen del líquido cefalorraquídeo causando, por lo general, una obstrucción. La hidrocefalia también puede ser comunicante o no comunicante.

Hidrocefalia comunicante

La hidrocefalia comunicante ocurre cuando el flujo del líquido cefaloraquídeo se ve bloqueado después de salir de los ventrículos al espacio subaracnoideo. Esta forma se denomina comunicante porque el líquido cefaloraquideo aún puede fluir entre los ventrículos, que permanecen abiertos. La reabsorción de este líquido está alterada en las vellosidades aracnoideas por infecciones o hemorragias. Se caracteriza por una dilatación de las cavidades ventriculares del cerebro por delante del sitio de la obstrucción. Dependiendo de la velocidad de insaturación y la edad del paciente, puede ser una hidrocefalia aguda (caracterizada por herniación cerebral y muerte súbita) e hidrocefalia crónica, con signos y síntomas de aparición lenta e hipertensión endocraneana. Cursa con retraso mental en los niños y demencia en los adultos.

Hidrocefalia no comunicante

La hidrocefalia no comunicante, llamada también hidrocefalia obstructiva, ocurre cuando el flujo del líquido cerebroespinal se ve bloqueado a lo largo de una o más de las vías estrechas que conectan los ventrículos. Una de las causas más comunes de hidrocefalia es la estenosis acuaductal. La causa más frecuente es la hidrocefalia congénita, que afecta a 11.000 nacimientos, con obstrucción del acueducto de Silvio, un pequeño conducto entre el tercero y cuarto ventrículo en la mitad del cerebro. Otra causa es la malformación de Arnold-Chiari, asociada o heredada como rasgo ligado al cromosoma X. Puede también estar causada por tumores localizados en el tronco del encéfalo, cerebelo y región pineal o por hemorragias cerebrales y subaracnoideas o cicatrices derivadas de una meningitis

Otras formas

Hay dos formas más de hidrocefalia que no encajan claramente en las categorías descritas más arriba y que afectan principalmente a los adultos: la hidrocefalia ex vacuo y la hidrocefalia de presión normal.
La hidrocefalia ex vacuo ocurre cuando hay daño en el cerebro ocasionado por una enfermedad cerebrovascular o una lesión traumática. En estos casos, puede haber una verdadera contracción (atrofia o emaciación) del tejido cerebral. La hidrocefalia de presión normal ocurre comúnmente en las personas ancianas y está caracterizada por muchos de los mismos síntomas asociados con otras condiciones que ocurren más a menudo en los ancianos, tales como pérdida de memoria, demencia, trastorno patológico al andar, incontinencia urinaria y una reducción general de la actividad normal del diario vivir.