¿Qué es la anorexia?
La anorexia nerviosa es un conjunto de trastornos graves de la conducta alimentaria que comprende periodos de privación del consumo de alimentos (anorexia), alternados en ocasiones con periodos compulsivos de ingesta alimentaria y purga (bulimia), asociados ambos periodos a otros trastornos de la conducta alimentaria no especificados.
Las personas diagnosticadas de anorexia nerviosa presentan un índice de masa corporal (IMC) y peso corporal muy inferiores a los correspondientes a su edad, altura y sexo (por debajo de 18-19 se considera bajo peso y de 17 infrapeso severo). Este bajo índice de peso corporal viene ocasionado en más del 50% de los pacientes, además de por la privación alimentaria, por el abuso descontrolado de laxantes o diuréticos, generación de vómito autoinducido y sesiones de ejercicio extenuantes con el fin de perder peso.
En todos los casos los pacientes no suelen ser capaces de reconocer su problema de delgadez extrema, dado que no son conscientes de su estado, negando de forma categórica su condición, e incluso aislándose de las personas cercanas porque consideran que quieren hacerles “engordar más”, y que el problema de visión de la realidad lo tiene su entorno y no ellos.
Esta patología es de muy rara aparición antes de la pubertad y suele afectar en un mayor porcentaje a las chicas, aunque cada vez se está adelantando más la edad de aparición y equiparando el porcentaje de casos entre ambos sexos. Como promedio, se considera que la anorexia nerviosa aparece en torno a los 17 años. Cuanto más temprana sea la edad de aparición y más precoz su detección y tratamiento, mejor pronóstico de curación hay. Por encima de los 40 años resulta infrecuente. Su prevalencia se ha establecido en un caso por cada 100 a 250 habitantes.
Causas y factores de riesgo de la anorexia
Síntomas de la anorexia
Existen determinados signos y síntomas que hacen sospechar que una persona puede estar padeciendo anorexia nerviosa, no obstante, el diagnóstico, tratamiento y seguimiento siempre deben ser realizados por un profesional sanitario especialista. Estos signos son:Signos de la anorexia Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo. Sentimiento constante de obesidad no fundado y deseo férreo de seguir adelgazando, con control activo (mirarse repetidamente al espejo, pesarse varias veces al día, contar las calorías…). Retraso del crecimiento y desarrollo (en niños y adolescentes). Alteraciones de la menstruación o ausencia de esta. Realización de ejercicio físico constante y excesivo. Empleo de ropa holgada, principalmente pantalones. Evitar comidas en compañía. Huir de la mesa después de comer. Disimular la comida para no ingerirla (partir en trozos pequeños y esparcirla por el plato, tirarla al suelo, esconderla…). Aislamiento progresivo y pérdida de vínculos sociales. Alteraciones anímicas con tendencia a la depresión y la ansiedad. Obsesión por el contenido calórico de todo lo que se consume, tomando solo alimentos bajos en calorías. Empleo no controlado de diuréticos y laxantes. Baja autoestima. Síntomas de la anorexia
En el ámbito clínico los principales síntomas de anorexia nerviosa son:
Sequedad de la piel, con posibilidad de presencia de grietas. Aparición de vello fino (lanugo) en mejillas, espalda, muslos y antebrazos. Pigmentación amarillenta en la piel, principalmente en las plantas de los pies y las palmas de las manos. Esto se debe a un aumento de carotenos en sangre (precursores de la vitamina A) por un trastorno en su metabolismo. Extremidades frías. Uñas quebradizas y caída de cabello. Hipertrofia de las glándulas salivares, como las glándulas parótidas y las glándulas submandibulares. Alteraciones dentales, con tendencia a la corrosión del esmalte dental y presencia de caries. Esto es especialmente patente en pacientes que se purgan a través de la autoinducción del vómito.
Alteraciones gastrointestinales: flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y estreñimiento (excepto si se emplean laxantes que pueden ocasionar diarreas que alteran el equilibrio electrolítico). Alteraciones cardiovasculares: tensión baja (hipotensión), descenso de la frecuencia cardiaca (bradicardia), alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias), etcétera. Alteraciones del riñón: indicativos de un mal funcionamiento. Pueden encontrarse niveles de potasio bajos (hipopotasemia), niveles elevados de compuestos derivados del nitrógeno (azotemia), y elevación de los niveles de creatinina sérica. Hemograma: niveles bajos de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos (leucopenia). Niveles bioquímicos: niveles bajos de glucosa (hipoglucemia), aumento de triglicéridos, transaminasas y del proteinograma general, así como del colesterol (hipercolesterolemia). Si el paciente, además, suele emplear purgantes, enemas, o se autoinduce el vómito, existen otros parámetros específicos alterados.
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